Seguros en su Mano
La poción de Juan 10:22-30, dice así: “Era invierno, y en
Jerusalén se estaba celebrando la fiesta de la dedicación. Jesús andaba en el
templo, por el pórtico de Salomón. Entonces los judíos lo rodearon y le
dijeron: «¿Hasta cuándo vas a perturbarnos el alma? Si tú eres el Cristo,
dínoslo abiertamente.» Jesús les
respondió: «Ya se lo he dicho, y ustedes no creen; pero las obras que yo hago
en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí. Si ustedes no creen, es
porque no son de mis ovejas. Las que son mis ovejas, oyen mi voz; y yo las
conozco, y ellas me siguen. Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni
nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las dio, es mayor que todos,
y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. El Padre y yo somos uno.» (RVC)
El problema más angustioso de la seguridad de la
salvación, no es la dificultad de creer que, si las doctrinas del cristianismo
son ciertas o no, tales como: la existencia de Dios; que si Cristo es Dios; que
si Cristo murió por los pecadores; que si Cristo resucitó de entre los muertos;
que Cristo salva para siempre todos los que creen, etc. Estos hechos son la
base absolutamente crucial de nuestra fe. Pero el problema realmente angustioso
de la seguridad es si yo personalmente soy salvo por esos hechos. Me explico: La realidad de mi seguridad no
está basad en lo que yo creo de las doctrinas, ES SI REALMENTE YO TENGO FE SALVADORA. Lo que convierte esto en una
verdadera agonía para muchos en la historia de la iglesia y en la actualidad, es
que hay personas que piensan que tienen fe salvadora, pero no la tienen. Por
ejemplo, en Mateo 7:21-23, Jesús dice: "No todo el que me dice 'Señor, Señor,' entrará
en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en
los cielos. Muchos me dirán en aquel día: 'Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos
milagros?' Y entonces les declararé: 'Nunca os conocí, apartaos de mí,
hacedores de maldad.'"
Entonces la pregunta angustiosa para algunos es: ¿De
verdad tengo fe salvadora? ¿Es mi fe real? ¿Me engaño a mí mismo? Por tanto, la
pregunta no es si la salvación se pierde o no… la pregunta es ¿Soy salvo o
nunca he creído?
Es increíble, pero existen en la actualidad
creyentes sinceros que, llevando una vida solo de resultados de una serie de
creencias doctrinales, dudan cuando se les pregunta ¿es usted salvo?,
Respuestas como: creo que sí; Sólo Dios
lo sabe, no estoy seguro. Abundan entre los cristianos, la causa de esto,
su deficiente conocimiento bíblico.
¿Pero se puede saber si se es salvo o no?,
Absolutamente. La seguridad de la salvación es primordial para experimentar los
beneficios de esta ¿Pero quienes son salvos? Todos aquellos que en un acto de
fe y arrepentimiento se vuelven al calvario de Cristo buscando el perdón. ¿Qué
es la seguridad de la salvación? Es la convicción plena y absoluta de que
nuestros pecados han sido perdonados, y que, desde el momento mismo en que
creemos de corazón al evangelio de Cristo, Dios nos aseguró nuestra salvación
eterna.
Hermanos, el sacrificio de Cristo es la garantía
de nuestra salvación. Quiero que analicemos tres razones por las cuales debemos
de estar seguros de nuestra salvación.
v LA SALVACIÓN DE UN VERDADERO CREYENTE DEPENDE DE DIOS,
Efesios
2:8-9 dice lo siguiente "8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y
esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se
gloríe”. De este versículo podemos extraer tres términos que al ser entendidos
cabalmente facilitarán nuestra comprensión acerca de la salvación. Desglosemos este pasaje asi:
Fe: "Es la fidelidad
personal y por voluntad del Padre a la persona de Cristo”. A su doctrina y de
su obra basada en la convicción de la fidelidad de Dios y de sus promesas
infundidas en el corazón por el Espíritu Santo.
Gracia: “Es la condición
providencial, gratuita y libre de Dios” hacia la humanidad, en virtud de Su
gran amor para salvación de los hombres y mujeres aun cuando estos no lo
merezcan.
Don: Es un regalo
concedido por Dios desde Su disposición para nuestra salvación sin tener que
dar nada a cambio.
El sacrificio de Cristo es la garantía de nuestra salvación pues La
Salvación De Un Verdadero Creyente Depende De Dios, pero además:
v LA SALVACIÓN DE UN VERADERO CREYENTE NO ESTA REGULADA A
NADA.
¿Romanos
8:35-39 “Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre,
desnudez, peligro o espada? Como está escrito: «Por causa de ti somos muertos
todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero». Antes, en todas estas
cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual
estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni
potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni
ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo
Jesús, Señor nuestro."
Según este pasaje, puedo
asegurar…
§ Que absolutamente nada nos
separará del amor eterno de Dios.
§ Que los padecimientos
cotidianos o las enfermedades terminales no son una señal del abandono de Cristo.
§ Que aún en la muerte Dios
nos guardará para El.
Escucha hermano, amigo, “No importa lo que suceda, sostente de esta
confianza que nos da el apóstol Pablo, debidamente inspirado por el Espíritu
Santo, de que Dios en ese inmenso amor en que nos envolvió, nunca, escucha
bien, nunca nos abandonará.”
El sacrificio de Cristo es la garantía de nuestra salvación pues La
Salvación de un Verdadero Creyente Depende de Dios; además La Salvación de un
Verdadero Creyente no esta Regulada a Nada, y también…
v UN VERDADERO CREYENTE AUN CUANDO HAYA COMETIDO PECADO NO PIERDE
SU SALVACIÓN
El apóstol Juan en su
evangelio en el capitulo 10:27-30 nos habla acerca del irrevocable compromiso
de salvación hecho por Dios en Cristo. Usando la analogía de las ovejas que
representan al creyente en Cristo. Les
pido que busque en su Biblia Juan 10:27-30, lean en silencio, yo solo les
contare lo que dice el pasaje: (hacer la Ilustración del anillo) Jesús dice que sus seguidores lo conocen, y Él a
ellos. Dice que son como las ovejas, que reconocen la voz de su pastor. Sigue
diciendo que sus seguidores le obedecen, y Él les da vida eterna; y
promete que nadie le quitará a sus seguidores. Asevera que Dios, Su Padre, que
es el todopoderoso les dio a sus seguidores; y que nadie se los puede arrebatar
a Su Padre de su propia mano. Y concluye con una declaración certera, Dice
Jesús: Mi Padre y yo somos uno solo.
Entendamos con esto que:
"Cualquier creyente puede caer en pecado, pero el verdaderamente salvo no puede perder ante Dios su posición legal de
justo, ni tampoco perder su salvación, pues la salvación no se halla en manos
de la defectuosa voluntad de las personas,
sino en las manos omnipotentes de Jesús
y a la vez en las manos del Padre",
les refresco el pasaje: “Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo
les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la
mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del
Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno.”
§ Quiero decir hermanos que
la gracia de Cristo no nos condena cuando pecamos, pero no elimina las
consecuencias de nuestros pecados, Dios los está tomando en cuenta y pagaremos
por ellos, esta es la otra cara de la moneda, y hablaremos de esto más
adelante, en otra oportunidad.
§ Si consideramos lo que
dice Romanos 11:29 que dice que “Irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”
escucha bien “irrevocables” no se puede anular, no se puede desautorizar, no se
puede invalidar. Esto nos señala que:
"habiéndonos dado la salvación nos
preservará en ella hasta el día de la redención final cuando se manifieste en
su gloria total".
Les pido que leamos
juntos Romanos 8:1 que dice: "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en
Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu, repitan
conmigo: no
andan conforme sino conforme
al Espíritu Santo.” Calvino comentando este pasaje sostiene:
"Aunque el pecado nos tenga sitiados
todavía estamos sin embargo fuera del poder de la muerte".
Hay quienes se confunden
porque viven con el temor de perder la salvación. Piensan que cualquier mal
acto que entrañe pecado les puede despojar de ella. Las Escritura sostiene lo
contrario I Juan 1: 9 dice: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad." El
mismo Juan nos escribe en el capitulo dos de esta epístola Mis queridos hijos, les escribo estas cosas
para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor,
a Jesucristo, el Justo. Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados,
y no sólo por los nuestros sino por los de todo el mundo. Todas
nuestras faltas hallan perdón en la dulce compasión de Cristo, aunque no
debemos de perder de vista que cualquier permanencia deliberada en el pecado
nos puede poner en peligro nuestra comunión con Dios.
CONCLUSIÓN
El sacrificio de Cristo
es la garantía de nuestra salvación. Debemos de estar seguros de nuestra
salvación, pues (1) LA SALVACIÓN DE UN VERDADERO CREYENTE DEPENDE DE DIOS; (2)
LA SALVACIÓN DE UN VERADERO CREYENTE NO ESTA REGULADA A NADA; (3) UN VERDADERO
CREYENTE AUN CUANDO HAYA PECADO NO PIERDE SU SALVACIÓN.
Hermanos amados, debemos
vivir con la absoluta certeza de nuestra salvación, esta nos fue dada por Dios
en virtud de su gracia y por la fe en Cristo.
Todo lo que soy y todo lo que espero ser está arraigado en que Dios
libremente me escogió a mí. Mi fe, mi esperanza, mis obras no son la base de la
gracia seleccionadora sino sólo su resultado. Así que no hay lugar para
gloriarse excepto en Dios. Y frente al temor y a la pérdida de la seguridad y a
todos mis defectos personales, declaro esta palabra de confianza: “¿Quién
acusará a los escogidos de Dios?” (Romanos 8:33) ¡Nadie, nadie puede acusarme,
nadie puede acusarte!
Pastor Eduardo Torres Martínez